
ANÁLISIS DEL CONTEXTO DE LAS FINANZAS E IMPUESTO
En efecto una de las características resaltantes de la economía venezolana es la marcada influencia de los ingresos petroleros en las finanzas públicas y la generalización de sus efectos a todos los mercados. En el caso particular del mercado monetario, existe una alta incidencia del gasto público en el comportamiento de los agregados monetarios que debe tenerse presente en los estudios relacionados con este tema.
Por otra parte los desequilibrios macroeconómicos que se fueron formando en la economía a lo largo de la década de los ochenta exigieron la instrumentación de un programa de ajuste, el cual se adoptó en 1989. Ese año se produjo un cambio significativo en el diseño y ejecución de la política monetaria en Venezuela. El nuevo enfoque estuvo asociado a los lineamientos de política económica de un programa enmarcado en un Acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, así como a la necesidad de una actuación más activa por parte del Banco Central que le permitiera propiciar el equilibrio en los mercados monetario y cambiario.
En ese contexto, la política monetaria tiene como función principal procurar el crecimiento económico, el control de la inflación y la defensa del valor de la divisa nacional con relación a otras divisas extranjeras y su cuyo objetivo es sostener la actividad económica proporcionando a los agentes financieros la liquidez y los créditos bancarios indispensables para consumir, invertir y producir, no debe mostrarse demasiado restrictiva, porque correría el riesgo de bloquear el crecimiento económico, ni excesivamente expansionista, porque en la medida en que tal situación ocurriese favorecería el aumento de la inflación (el alza generalizada de los precios), al inyectar demasiado poder adquisitivo en una economía que no dispone de una estructura de producción adecuada para responder a un déficit de la oferta de producción, no se podrá contar con los bienes suficientes para satisfacer la demanda.
La importancia de los ingresos petroleros ha permitido en el tiempo financiar el gasto público en Venezuela a través del uso de esta fuente de ingresos fiscales. La inestabilidad de los ingresos petroleros han presionado en la década del noventa y más recientemente en los últimos años del período 1990-2006 a la adopción de un conjunto de reformas fiscales tendientes a modificar la estructura de la tributación interna y a incrementar la presión fiscal en el orden de la vida económica interna haciendo uso de la tributación indirecta, como el Impuesto al Débito Bancario y el Impuesto al Valor Agregado, entre otros. En este sentido, la estructura de los ingresos fiscales originados de la actividad económica interna en Venezuela refleja el incremento de la presión tributaria en términos del Producto Interno Bruto, petrolero y no petrolero, al elevarse el peso relativo de los ingresos no petroleros. Hecho consistente con las medidas implementadas por el gobierno nacional para reducir la dependencia de los ingresos fiscales a la actividad petrolera.
Durante el periodo 1990-2006 la estructura tributaria venezolana se caracterizó por la composición de los impuestos, directos e indirectos: el Impuesto sobre la Renta de personas naturales y personas jurídicas; el Impuesto a los Activos Empresariales - complemento del Impuesto sobre la Renta - los impuestos generales al consumo de bienes y servicios - el impuesto al consumo suntuario y ventas al mayor y el Impuesto al Valor Agregado; los impuestos específicos al consumo -el impuesto sobre bebidas alcohólicas, los impuestos sobre cigarrillos y los impuestos derivados del petróleo; los impuestos al comercio exterior; el Impuesto al Débito Bancario y otros de menor importancia como los impuestos sobre fósforos, impuestos sobre timbres fiscales, los impuestos a las telecomunicaciones, y más recientemente, el Impuesto sobre Tierras Ociosas, el cual fue creado en el año 2001, y el impuesto a las transacciones financieras de personas jurídicas, derogado en la actualidad.
Se destacan, como principales fuentes de recaudación dentro de los ingresos tributarios no petroleros los impuestos generales al consumo, a través del Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto sobre la Renta, los impuestos al comercio exterior, el Impuesto al Débito Bancario, y en un menor grado, los impuestos sobre derivados del petrolero, la renta de licores y cigarrillos y otros impuestos de menor participación recaudatoria.
La determinación del impuesto al dividendo pagado o abonado en cuenta por empresas constituidas en Venezuela se fundamenta en la renta neta que exceda de la renta neta fiscal gravada. Así, se imputan, en primer lugar, a la renta neta fiscal gravada del ejercicio inmediato anterior, en cuyo caso, estos ingresos no son gravables; en segundo lugar, a los dividendos recibidos de terceros por el pagador, en el ejercicio inmediato anterior a aquel en que ocurre el pago, los cuales tampoco son gravables, y en tercer lugar, la renta neta que exceda de la renta neta gravable del ejercicio inmediato anterior, los cuales si son gravados.
Finalmente, no cabe que el Impuesto sobre Sociedades, como instrumento de recaudación impositivo directo, es una figura impositiva básica en la estructura tributaria venezolana, que afecta la actividad empresarial, y en consecuencia, las decisiones de inversión, toda vez que tiene efectos sobre la asignación de los recursos y en consecuencia puede afectar la inversión empresarial, requisito imprescindible para el crecimiento y el desarrollo económico y social
Interesante el tema, con todo ello, sería muy importante seguir recalcando que para generar Ingresos y rentabilidad, y los más trascendental mantener una economía estable, hay que manejar muy bien todo lo que corresponde a las fuentes de obtención de dinero y respetar las reglas que regulan todo en materia de Finanzas e Impuestos.
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